Alquilar una vivienda en España puede ser un proceso que supone muchos desafíos en España. Uno de los aspectos más comunes que los propietarios suelen solicitar es un aval. Este actúa como una garantía adicional para asegurar el cumplimiento de las obligaciones del inquilino. Sin embargo, existen diferentes tipos de avales, y es importante entender cuál se adapta mejor a tus necesidades.
¿Qué es un aval para alquiler?
Un aval en el contexto de un contrato de alquiler es un compromiso adicional que asume una persona o entidad para garantizar el cumplimiento de las obligaciones del inquilino. En caso de que el arrendatario no cumpla con sus pagos o responsabilidades, el avalista se compromete a cubrir dichas obligaciones. Es importante destacar que, aunque la fianza es obligatoria por ley, el aval es una opción adicional que depende del acuerdo entre ambas partes.
Tipos de aval para alquiler
1. Aval personal
Este es el tipo de aval par alquiler más comúnmente solicitado por los propietarios. En este caso, una persona física (por ejemplo, un familiar o amigo) se compromete a cubrir los gastos de alquiler en caso de que el inquilino no pueda pagar. Este tipo de aval requiere que el avalista tenga una situación financiera sólida, pues se convierte en responsable de la deuda si el inquilino no paga.
2. Aval bancario
Un aval bancario es una garantía emitida por una entidad financiera en la que el banco se compromete a cubrir el pago del alquiler si el inquilino no cumple con sus obligaciones. Este tipo de aval suele requerir que el inquilino deposite una cantidad de dinero en una cuenta bloqueada, equivalente a varios meses de alquiler. El principal inconveniente de este tipo de aval es que el dinero depositado por el inquilino no genera intereses y está bloqueado hasta que finalice el contrato de alquiler.
3. Seguro de alquiler
Algunas compañías de seguros ofrecen productos específicos para el alquiler de propiedades. Estos seguros cubren al propietario en caso de impago del alquiler por parte del inquilino, y a veces incluyen coberturas adicionales como daños a la propiedad o asesoría legal. Es una opción que puede resultar más accesible para los inquilinos, ya que no requiere un desembolso inicial tan elevado como el aval bancario.
4. Fianza
Aunque técnicamente no es un aval, la fianza es una cantidad de dinero que el inquilino paga por adelantado al propietario como garantía contra daños o impago del alquiler. Esta fianza se devuelve al finalizar el contrato, siempre y cuando el inquilino haya cumplido con todas sus obligaciones.
5. Aval de una empresa
En este caso, una empresa actúa como avalista de su empleado. Esta opción se utiliza a menudo cuando una empresa alquila una vivienda para uno de sus empleados. La empresa se compromete a cubrir las obligaciones del inquilino en caso de impago.
Derechos y responsabilidades del avalista
Aunque la posición del avalista en un contrato de alquiler está orientada a proteger al arrendador, este también tiene algunos derechos que deben ser respetados:
- Derecho a la información: Antes de firmar el contrato de aval, el avalista tiene derecho a recibir toda la información necesaria sobre las obligaciones que está asumiendo.
- Derecho a ser notificado: Si el inquilino incumple sus obligaciones de pago, el avalista tiene derecho a ser notificado por el arrendador antes de que se le exija el pago.
- Derecho a ser liberado del aval: Si el contrato de alquiler se renueva o modifica significativamente sin el consentimiento del avalista, este tiene derecho a ser liberado de sus obligaciones de aval.
- Derecho a reclamar el pago al inquilino: Si el avalista ha tenido que hacer frente a los pagos, tiene derecho a reclamar el dinero al inquilino.
En Avalvida, te ofrecemos soluciones rápidas, cómodas y personalizadas para que puedas encontrar el aval que mejor se adapte a tu situación. Te ayudamos a gestionar todo el proceso de manera ágil y sin complicaciones.
¡Contacta con nosotros hoy mismo y haz tu alquiler mucho más sencillo!